Vistas a la bahía, la mar reposa sus aguas en busca de la paz que agitó los temporales. El puente se siente viejo y cansado de la carga del exceso de peso del paso de tantos vehículos. Dos torres eléctricas, descansan sobre dos plataformas que desconocen el tiempo que les queda soportando el lastre de estar sumergidas en aguas profundas. El paisaje que parecía ser tan bello como la vida misma, se convirtió en el fiel reflejo de la más triste realidad.
BAHÍA
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